viernes, 19 de enero de 2007

¿ Tiempo … o dinero ?

Hace no demasiado tiempo escuchaba a un amigo decir que cambiaba dinero por horas libres. Yo le pregunté: ¿ cuánto pagarías, o mejor dicho, cuanto dejarías de ganar? Y no supo que contestarme. No voy a hacer demagogia, necesitamos utilizar nuestro tiempo para trabajar, pues es lo que nos permite vivir el día a día (salvo niños bien de padres ricos, y belenes estebán del montón mientras duran “en el candelabro”). A partir de aquí, ¿quién marca el límite?. Yo diría que en el fondo, nosotros. Podemos elegir si echo mas o menos horas extra, SÍ, PODEMOS. Un jefe (en general) no te echará por no hacer horas extras, te forzará a echarlas inicialmente, pero admitirá que no las eches si es esa tu decisión y durante las ocho horas normales eres productivo… admitirá que simplemente hace falta otra persona de refuerzo. Sin embargo (incluso cuando no nos las pagan) seguimos empeñados en alargar la jornada de trabajo… por dinero?

Hay empresas que, de manera experimental, están comenzando a crear grupos de trabajo a los que se les asigna un proyecto. Dentro del grupo deciden para ese periodo cuanto tiempo quieren trabajar cada uno de ellos; media jornada, 8 horas, o 12 horas diarias (porque en esos seis meses de proyecto esta última persona decide que necesita más dinero). A partir de aquí, cada uno se reparte funciones y hacen con esta implicación de partida todo el proyecto. ¿ Os lo imaginais? Yo miro a mi alrededor en mi trabajo … y no, no puedo imaginarlo. Que seamos autocríticos con nuestras necesidades, que tomemos iniciativas periódicas para decidir cuanto queremos trabajar y ganar, que pasemos de ganar X al 75% de X… demasiado complicado para las hormiguitas. Mejor que nos digan que hacer, cuándo y por cuánto… ¿o no?... Por ejemplo, ¿cuantas horas de trabajo y cuanto sueldo proporcional os quitaríais para conseguir la calidad de vida que deseáis a nivel personal, si aun no la tenéis?... (no trabajéis demasiado para contestar amigos/as, .. no pago horas extra….)

6 comentarios:

***Maria*** dijo...

Es una tema bien interesante, pq yo me fui de Rusia precisamente pq la manera de trabajar en grandes empresas empezó a asustarme. poco a poco se acerca al estilo norteamericano: trabajar por el objetivo, sin comer, sin vida privada, sin tener derecho a problemas personales. Por ejemplo mis compañeros de trabajo en Imageland PR, Moscú, siempre se competían por pasar más horas en la oficina. Por la mañana solían quejarse. Una decía "Me he quedado hasta las 3.30 escribiendo el analisis para no sé qué.." y le contestaba la otra: "Yo estuve en casa leyendo monitorings hasta las 5 de la madrugada" y la tercera añadía: "Yo no almorzaba estos días, preparando la rueda de prensa y me duele el estómago, no sé cuando tendré tiempo para ir al médico"... A veces cuando estabamos desbordados del trabajo, la jefa del departamento me decía "María, si trabajas el sábado y el domingo solo 4 horas, se te pagará en doble, imaginate luego puedes pedir dos dias seguidos de descanso"... En Europa esa manera de trabajar no es típica y las leyes laborales son muy riguroses, hay muchas restricciones, respecto al horario, sobre todo para los jóvenes.Bueno, tiene sus Más y sus Menos.. Pues por mi, yo quiero trabajar media jornda por 2000 euros, jaja pero no es posible. Asi que el horario ideal para mi sería de las 10 a las 18.30 con la pausa de 2 horas para comer y por 1500 euro mensuales. Creo que existe y no quiero quitarle nada. Pero hay que tener en cuenta mi perfil social, que soy estudiante y no tengo hijos.

Anónimo dijo...

cuando uno empieza a trabajar se pone cada vez mas ambisioso y trabaja mucho mas sin importar las horas extras ni cuanto se pagara de sobresueldo lo unico importante al final del mes es el cheque que uno recibe por largos dias de jornada laboral y la razon es q uno empieza a comprar mas cosas de mejor calidad y cuando uno se da cuenta ya es un consumista y no sigo hablando de trabajo porq el año pasado lo estudie mucho jeje casi todo el codigo del trabajo bien saludos desde el sur de Chile

Anónimo dijo...

Este sí es un buen tema para contestar desde donde vivo, ya que la gente del resto de Brasil suele decir que nosotros, los “paulistanos” de São Paulo, somos los workholics (adictos al trabajo) -término incluso muy modernito para el vocabulario común. Lo que debo decir es que a veces me siento una adicta, pues me propongo a ir al cine para relajar un poco, a la playa –que son divinas en toda costa de este país-, y cuando me doy cuenta, estoy pensando en algo que tengo que hacer o que podría estar haciendo y así, de verdad, no se relaja… no se aprovecha el tiempo… En fin… no cambiaría dinero por tiempo libre… cambiaría dinero por la simple falta de memoria… para que pudiera estar un largo rato tumbado al sol y mirando el mar sin pensar en nada… descansando de las enfermedades que vamos adquiriendo en esta metrópolis de la vida, en esta máquina que mueve el resto del país, que junta dinero y que después lo usa como forma de “desestresar”. Enfermedades éstas que los antiguos, que tenían que caminar todo el día a pie o a caballo, que estaban en contacto directo con la tierra, con el sol, con la naturaleza… no tenían… así es el tal stress, el vértigo, la celulitis, la jaqueca, el afta, los problemas de acnes, etc. Cuando tenemos el síntoma de algo así, vamos al médico y escuchamos siempre la misma cosa: “el cuerpo reclama, es hora de parar… parar de trabajar, de estudiar, de correr de un lado a otro…” y me pregunto: ¿quién paga las cuentas?... Por otro lado… el exceso de trabajo y la falta de tiempo te hacen daños al cuerpo… al corazón… al alma… ¿cuál la salida entonces? Un besote cariñoso desde el otro lado del océano.
Este sí es un buen tema para contestar desde donde vivo, ya que la gente del resto de Brasil suele decir que nosotros, los “paulistanos” de São Paulo, somos los workholics (adictos al trabajo) -término incluso muy modernito para el vocabulario común. Lo que debo decir es que a veces me siento una adicta, pues me propongo a ir al cine para relajar un poco, a la playa –que son divinas en toda costa de este país-, y cuando me doy cuenta, estoy pensando en algo que tengo que hacer o que podría estar haciendo y así, de verdad, no se relaja… no se aprovecha el tiempo… En fin… no cambiaría dinero por tiempo libre… cambiaría dinero por la simple falta de memoria… para que pudiera estar un largo rato tumbado al sol y mirando el mar sin pensar en nada… descansando de las enfermedades que vamos adquiriendo en esta metrópolis de la vida, en esta máquina que mueve el resto del país, que junta dinero y que después lo usa como forma de “desestresar”. Enfermedades éstas que los antiguos, que tenían que caminar todo el día a pie o a caballo, que estaban en contacto directo con la tierra, con el sol, con la naturaleza… no tenían… así es el tal stress, el vértigo, la celulitis, la jaqueca, el afta, los problemas de acnes, etc. Cuando tenemos el síntoma de algo así, vamos al médico y escuchamos siempre la misma cosa: “el cuerpo reclama, es hora de parar… parar de trabajar, de estudiar, de correr de un lado a otro…” y me pregunto: ¿quién paga las cuentas?... Por otro lado… el exceso de trabajo y la falta de tiempo te hacen daños al cuerpo… al corazón… al alma… ¿cuál la salida entonces? Un besote cariñoso desde el otro lado del océano.
Wanda – São Paulo - Brasil

Anónimo dijo...

(Guau... me han asustado los comentarios: Rusia, Chile, Brasil??? ¡Qué bueno poder compartir pensamientos con gente tan distinta!)
Al lío... Soy una españolita de a pie que se considera “La Reina de las Horas Extra”. Sí, creerme cuando os digo que no quiero echar más horas, pero si no las echo no soy capaz de dormir en paz, dormir TRANQUILA. Prefiero “morirme” en el sofá cuando llego a casa, dormir 6 horas o menos pero dormirlas de un tirón! Cuando llego a casa, la sensación que me queda es que no tengo vida, pero que al menos estoy haciendo las cosas bien.
Quiero tener vida. Quiero hacer otras cosas que me llenen. Quiero trabajar. Quiero un trabajo de 8 horas. Quiero hacerlas seguidas y preferentemente por la mañana, no me importa madrugar. Y lo peor es que soy una privilegiada porque tengo un buen trabajo, me gusta lo que hago y además ME PAGAN LAS HORAS EXTRA. Así que al final, viendo cómo está el tema, hay veces que me siento culpable por desear algo distinto.
No quiero sentirme culpable. Quiero un trabajo de 8 horas. Quiero trabajar. Quiero hacer otras cosas que me llenen. Quiero tener vida... Espero lograrlo.

Kramer dijo...

Me añado a estos comentarios para que Portugal también esté representado...je je je
La verdad es que, cuánto más tiempo libre tenemos, menos sabemos aprovecharlo. Eso lo he aprendido con la vida y conmigo ha sido así: cuánto más tiempo estuve ocupado trabajando y estudiando, mejor he aprovechado para vivir.
Aúnque la pregunta más importante deste post se quede sin respuesta: cuánto cuesta una hora...?
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Con el mundo moderno de la actualidad en el cual las cosas cambian muy rápido, sobre todo con relación a la tecnología, en el cual las personas deben hacer todo muy deprisa y muchas cosas en poco tiempo, los valores personales pasaron a ser otros. Las personas se olvidan de todo lo que debería ser realmente importante como por ejemplo los momentos con la familia, con los amigos, quizás con un amor... se olvidan incluso de si propias y pasan todo el tiempo pensando en dinero, hacen todo (lo posible y lo imposible) para ganarlo; ellas viven en función de él. ¿Y para qué? ¿Esto vale la pena?
Hoy se pasa toda la vida buscando una forma de conseguir dinero. Las personas estudian, pues es necesario un diploma para el trabajo; consiguen un empleo, después de un tiempo quieren otro (para ganar más) y, entonces, estudian más... y trabajan más... Es cierto que hoy es necesario estudiar para conseguir un empleo que te agrade y que dé por lo menos un poco de comodidad para ti y para tu familia, pero ¿de qué vale el dinero para la familia si nunca tenemos tiempo para ella?
Llegamos al punto de olvidarnos de nuestra propia salud en nombre del dinero; entonces... trabajamos, ganamos dinero y... ¡compramos remedios!
Es bueno tener dinero cuando se está de vacaciones o cuando se quiere o necesita de alguna cosa. Sin embargo, vivir para el dinero, vivir para ganar el dinero puede ser muy peligroso. Por eso, es necesario pensar mucho y cuestionarse siempre... ¿Vale la pena?

Marina Z. Foligno - SP - Brasil